Opiniónica

Matar a santa

No tengo muy claro a quien esta dirigida esta subvertiva película sobre Santa Claus. Es demasiado adulta para los niños y demasiado infantil para un adulto. Esto nos deja en tierra de nadie, lo que seguramente nos lleve a eso que ahora se ha dado en llamar Young Adults.

Mel Gibson con una chaqueta roja y ropa de abrigo, una herida en la frente, un gran libro donde pone “Buenos/malos” y una pistola. Detras de el, el malo.

Incomprensiblemente la película está calificada como comedia, a pesar de ser un desfile continuo y descarnado de asesinatos y violencia. Particularmente en su último tramo hace gala y ostentación de sadismo e insensibilidad.Los asesinatos se suceden, sin descanso, sin remordimientos, con una precisión quirúrgica. Miedo me dan los psicópatas que encuentre divertido este espectáculo.

Una de las mejores bazas de la película es su actor principal. Mel Gibson esta magnífico, tremendo, profundo, intenso… Tan bien está que da pena que esta sólo sea una película de navidad, con la profundidad argumental de un charco.

El planteamiento podría haber resultado refrescante, incluso disfrutable, si se hubiese planteado de una manera más ligera, más «fiestera», más cercana al cine de acción ochentero de explosiones y testosterona.Pero la puesta en escena, deudora de películas actuales como John Wick o Polar, y el tono empleado, pesimista, crean un contraste exagerado con el tema navideño, y te deja con un mal cuerpo y una sensación de desazón que no se corresponde con el mensaje que intentaban transmitir.

Supongo que hay un nicho de psicópatas depresivos que necesitaban su propia película de navidad pero, francamente, espero que no sea un mercado muy grande. En general, una película fallida.

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