The 8 show
La introducción
Estos últimos días he estado viendo en Netflix la serie coreana The 8 Show, una miniserie de 8 episodios que hace del misterio y la violencia su bandera, cosa que se ha vuelto habitual desde el éxito del “Juego del Calamar”.
Aquí podéis consultar los datos técnicos. Tampoco os sabría decir quienes son sus protagonistas o su director, aunque al ritmo que vamos es posible que acabemos conociendo al star system coreano antes que al de nuestra propia industria.
Advertencia: A partir de este punto puede haber muy ligeros spoilers del comienzo de la serie. Creo que no desvelo nada importante pero nunca está de más avisar.
La premisa
La serie comienza enseñándonos la vida de un joven coreano de clase media-baja, que tiene varios trabajos basura y que está obsesionado con el dinero y cómo obtener más. Motivación no le falta, porque rápidamente vemos que tiene una gran cantidad de deudas. Cuando está a punto de tomar una decisión de la que no hay vuelta atrás una llamada y una limusina le da una nueva oportunidad, al entrar a formar parte de The 8 show.
El concurso
El planteamiento del show se basa en lo siguiente:
- Cada concursante elige un número del uno al ocho.
- Cada minuto que pasen dentro del programa van a ganar dinero.
- El concurso les va a proporcionar comida y agua.
- Si alguien muere, el concurso se acaba.
Aunque hay más reglas, prefiero no desvelarlas para no arruinar la sorpresa. Con esta premisa y las relaciones entre los 8 personajes, el concurso evoluciona hacia una espiral de violencia y abuso, que busca reflejar las distintas situaciones que pueden surgir en una comunidad o sociedad.
El formato
Quiero dejar una mención a la factura técnica. La serie gira alrededor del 8 de su título y no solo en su contenido sino también en lo formal: 8 episodios, 8 personajes, 8 pisos. Normalmente al comienzo de cada uno veremos como cada personaje accede al escenario y elige el número con el que participar. Esto da paso a una introducción visual donde el personaje aparece compuesto por recortes de imágenes suyas mientras suena una canción que se deforma progresivamente, anticipando la degeneración de la trama.
Mis reflexiones
La serie surge a la sombra de El juego del calamar, lo que condiciona enormemente las expectativas con la que la afrontamos pero, exceptuando el recurso fácil a la violencia, ambas series tienen objetivos distintos: Mientras el calamar es más la típica historia de ricos contra pobres, con una buena dosis de aporafobia, The 8 show es más ambiciosa en su planteamiento: busca ser un reflejo oscuro de las normas que rigen nuestra sociedad.
Al principio de mi vida laboral, tomando un cafe, un compañero de trabajo tuvo una revelación y comprendió en ese momento que su empleador se llevaba una parte del dinero que pagaba nuestro cliente. Sirva esta boutade como ejemplo de la cantidad de cosas que obviamos o damos por supuestas en nuestra vida diaria. La serie juega precisamente a este juego, transformando esas normas escritas y no escritas que rigen nuestras vidas en las normas del juego y dejando que ese marco rija las evoluciones y las relaciones entre los concursantes. Eso da lugar a que las situaciones vayan cambiando, desde la colaboración hasta la competición o incluso el sadismo.
Cuando vi la serie, sobre todo el comienzo, flipaba con como habían representado la mierda que es estar abajo en la pirámide. Como los más puteados son los que más fuerte defienden al opresor y al sistema, y porque. Como cuando estas arriba tampoco tienes mucho margen de maniobra si no quieres caerte con todo el equipo. Hasta el episodio cuatro la serie mantiene bastante bien su planteamiento, llegando a tener cierto retorcido espíritu didáctico, incluso. Sin embargo, a partir de ahí, la violencia y el sadismo toman el control, lo que puede resultar desagradable y repetitivo. Si ese era su objetivo, lo han conseguido.
El final, obviamente, tiene que proporcionar cierta satisfacción al espectador, cierta sensación de victoria, pero no deja de ser amargo.
Mi conclusión
The 8 Show me ha gustado. Su planteamiento y la analogía con la sociedad son interesantes, y creo que merece la pena verla. Sin embargo, advierto que contiene escenas de violencia y sadismo que pueden ser difíciles para algunos espectadores. Por desgracia esta advertencia seguramente caiga en saco roto, ya que hoy en día estamos todos anestesiados ante el horror, el ficticio y el real.
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