Opiniónica

Jupiter’s Legacy, superheroes con problemas familiares

Los aficionados a los superheroes han crecido. Hace ya mucho que dejaron de ser adolescentes cuya única preocupación eran los exámenes, los amoríos y la paz en el mundo. La madurez ha traído responsabilidades y preocupaciones. Familia, deudas, trabajo y compromisos jalonan nuestra vida, y esta situación ha permeado también a la vida de los personajes de los que disfrutamos en viñetas o en imágenes.

La última reencarnación del Superman televisivo, junto a Lois Lane, ha traído a su vida al enemigo definitivo: Hijos adolescentes. Y en la serie de la que ahora os hablo nos encontramos con una situación parecida: Unos superheroes utópicos, herederos directos de una era ya desaparecida, se sienten desubicados en una nueva situación donde sus caducos valores no son más que una rémora. Y sus hijos, herederos de su grandeza, tienen que lidiar con las expectativas de sus mayores y la realidad que los atenaza y los desgarra a partes iguales.

Este parece ser el corazón de la serie basada en el comic homónimo de Mark Millar, y digo parece porque pronto la serie empieza a expandir sus temas, intentando abarcar más de lo que obviamente puede alcanzar, acabando en un paroxismo delirante de grandeza, no justificado por los mimbres sobre los que se alza. La historia esta contada en dos tramas temporales: Una en la actualidad, donde se ubica todo el conflicto de los personajes con el nuevo status quo, y la otra situada en los años 20, donde se cuenta el origen de sus poderes. Podría resulta interesante si la narración no estuviese tan descompensada.

Debo admitir que, aunque la trama situado en los años 20 es, en ocasiones, lenta y dubitativa, como amante del juego de rol «La llamada de Cthulhu» me ha resultado estimulante en sus idea y en su realización, poniendo en escena una típica aventura de grupo de aventureros en búsqueda de un secreto oculto. La referencia a Lovecaft se verbaliza incluso a través de uno de los personajes.

La trama situada en la actualidad no nos trae ningún planteamiento que no hayamos visto en otros productos, y erra el tiro en su tono y planteamiento. Los personajes resultan demasiado mayestáticos y las situaciones muy forzadas. El histrionismo es evidente pero insuficiente para conseguir que conectes con sus dramas, sus tragedias. Todo es demasiado importante, demasiado profundo, demasiado intenso, y a pesar de ello, no consigue que te importe realmente.

Mentiría si dijese que El legado de Jupiter es una mala serie. Sencillamente es una serie entretenida, con muchísimos peros. Así que esperemos que la segunda temporada sepa arreglar las carencias de esta primera y reconducir el tono hasta encontrar su verdadera voz. Hay ideas interesantes en este planteamiento, esperando ser mejor contadas.