Opiniónica

Soul, el alma de Pixar

Dada la situación actual Disney ha tenido que trasladar algunos de sus estrenos en cine a su plataforma de streaming digital, y Soul es uno de ellos.

La película aúna filosofía y música jazz en una historia de autodescubrimiento, protagonizada por un profesor de música que esta a punto de cumplir su sueño cuando ocurre un suceso fatídico.

Empecemos por el elefante en la habitación: Soul tiene dos problemas. Uno, que se va a comparar inevitablemente con Del Reves. Y dos, que la música de jazz no le gusta a todo el mundo.

Con respecto al primer punto, son normales las comparaciones. Así como Del Reves toma como referencia la psicología, Soul usa la filosofía y en ese sentido ambas son complementarias. El director de ambas es Pete Docter, y repite el mismo esquema cambiando el foco de atención.

Con respecto al segundo punto, la música jazz es una música sincopada, basada en la improvisación, y eso hace que sea mucho más difícil entrar en ella. No hay melodías repetitivas ni es predecible.

Personalmente me encanta pero, aunque he pasado muchos años escuchándola, admito mi absoluta incapacidad para entenderla o explicarla, sólo se que me gusta. Y por estas mismas razones entiendo a quienes la rechazan.

Este sentimiento se ha trasladado, en cierta manera, a la reacción que ha provocado la película en las redes, con grandes defensores y acérrimos detractores.

Volvamos a la cuestión filosófica. La película, básicamente, es una traslación de los conceptos del existencialismo endulzados con unos personajes Disney y una puesta en escena espectacular.

Esta corriente filosófica, que considera más importante la vivencia subjetiva que los hechos objetivos, que da más importancia al ser que al «llegar a ser», cortocircuitará a muchos mr.wonderfuls y coaches de tres al cuarto que han hecho de la venta de humo un negocio y que basan su sustento en vender sueños de superación a gente confundida en este mundo gris y cansado. En un mundo estresado como el nuestro la idea de que vivir ya es suficiente resulta revolucionaria.

Esta puede ser, tal vez, la película más adulta de Pixar, en el sentido de que por primera vez el subtexto adulto predomina sobre la historia «para niños». He comprobado personalmente como estos entran y salen de la película. Pixar ha puesto todo de su parte: Hay un animal gracioso, hay personajes cuquis y de aspecto infantil, hay una gran cantidad de aventura y acción… pero hay momentos profundos, difíciles de digerir, en los que pierden el hilo y se distraen.

Aún así os animo a que la disfrutéis, solos o acompañados de vuestros niños, porque seguro que os dará la oportunidad de reflexionar y tener conversaciones enriquecedoras.